VI El ligero movimiento que el pez hacia con su boca dentro de la pesera, provocaba que pequeñas burbujas ascendieran a la superficie del agua, donde se reventaban. Efímeras.

Levantó el extraño objeto que había caído en el agua, se dio cuenta de que era un pedazo de techo. Miró hacia arriba y notó el hueco que dejó sobre el concreto, ahora flotante. Lo sostuvo entre sus manos, atisbó el nado aguzado de su pez cebra, de un lado a otro, moviendo sus aletas cual si estuviera escapando, y no pudo evitar sentir un escozor en el pecho. ¿Fue eso lo único que se quebró?
wooooow tienes muchísmo talento M, me dejó fría tu cuento, y me fascino!!!!!!!!!! atte: C
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