viernes, 9 de diciembre de 2011

Obtuso



El viento movía graciosamente la hoja sobre sus manos; ella también mecía sus dedos con un ritmo indeterminado, como a la espera de que algo pasara y tuviera que rectificar su agarre. La hoja cayó, el aire la hizo perderse, y ella no hizo nada por recuperarla.

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