sábado, 25 de febrero de 2012

Veinte (retrospectiva)

¿Sabes? nunca he sido una persona muy difícil de complacer; creo que soy así desde que tengo memoria. A veces la felicidad efímera era capaz de hacerme olvidar cualquier disgusto o desagrado. No, hoy no haré restrospectivas. Al parecer no son las adecuadas. Sólo colocaré las necesarias. Ni siquiera fui, he sido, soy, seré una novia/persona/hermana/hija delicada; no necesito que gasten montones en mí para sentirme feliz; o quizá sí, pero montones de tiempo, no de dinero. No me quejo de muchas cosas, he aprendido a mantener la boca bien cerrada, aunque en casos he estado a nada de soltar todo como vómito incontrolable.
Cuando cumplí dieciocho años, me pasé la mitad del día esperando, esperando a que algo pasara. Alguien más ya había utilizado mi argumento sobre los cumpleaños, y me di cuenta de lo ridículo que sonaba. Sí, me gustan las felicitaciones y las bonitas palabras e incluso ridículas, pero me gustan, ¿A quién no le gusta sentirse "querido"? De pequeña cumplir años suponía una maravilla: como si ese día se hiciese todo lo que yo mandara, como si ese día tuviese la capacidad de acomodar las cosas a mí favor. Pude haberlo pensado, no lo recuerdo con certeza; el último cumpleaños en que me sentí realmente feliz, terminé tragándome un pastel yo sola y lamentándome porque el color de mi cabello se había desvanecido. Mas me sentía bien, me sentía feliz, sin importar que llevaba mucho tiempo pretendiendo.
De nuevo, cuando cumplí dieciocho años me la pasé esperando, un mensaje, una llamada, cualquier cosa, por más nimia que fuera: algo. Pero no llegó, tuve que coaccionar, incitar la reacción como lo estoy haciendo ahora -a más de dos meses de no escribir absolutamente nada- lo estoy haciendo ahora y con la peor de las razones. No me voy a volver a sentir tonta por querer que las personas recuerden que día es hoy. Sí, un sábado, martes, viernes, pero es mi cumpleaños, eso nadie me lo va a quitar. No me quitarán la satisfacción de saber que, a pesar de tantas porquerías y trabas, personas estúpidas y retos que se me han impuesto, sigo en una pieza y mirando hacia adelante.
Mi transtorno obsesivo compulsivo ha volteado la vista hacia otro elemento integral de mi vida diferente de la escuela. Yo sé cuál es su nuevo objetivo, intento hacer que sus ojos regresen al origen, sin embargo no es sencillo. Siéntete orgulloso de tu contribución, porque reafirmas su afán.
Hoy es mi cumpleaños, llevo 7300 días aquí, de los cuáles 20 son absolutamente míos.
Voy a volver a repetirtelo, para que lo entiendas. No soy una persona difícil de complacer, casi cualquier cosa me provoca una sonrisa, pero hoy es mi cumpleaños... y lo único que quería era que TÚ lo recordaras. Aparentemente el tiempo sigue pasando sólo para quienes desean contarlo.

3 comentarios:

  1. awww así me siento yo también acerca de mis cumpleaños!! Es una muy buena descripción de ese sentimiento.

    ResponderEliminar
  2. FELIZ SIETE-MIL-TRESCIENTOS-TREINTA-Y-DOS(avo) día casi caduco, casi inconstante, revelador extraordinario, exorbitante...

    (en ciencias dicen que uno define la unidad.discreta como uno desee, je, asi pues mi unidad discreta estandar definida como un día me justifica parcialmente :) ]

    ResponderEliminar